Presentación del libro “Derecho Internacional Público” del Prof. Dr. Juan Antonio Travieso (Editorial Abeledo Perrot – 942 páginas)

 

El derecho internacional público es una disciplina que, a contrario sensu de la opinión medianamente generalizada, de calificarla como una nueva rama del derecho -quizás por comparación con otras seculares- se ha desarrollado a lo largo de más de cuatro siglos y, en ese devenir, su contenido, tanto en lo relativo al objeto cuanto a los sujetos, se ha incrementado en forma exponencial.

 

En las últimas décadas la comunidad internacional experimentó profundas transformaciones, que impactaron y fueron receptadas por este ordenamiento jurídico. Transformaciones que se aceleraron al compás del avance de la ciencia y la tecnología, fundamentalmente en este incipiente siglo XXI, que parece encontrarse a años luz del que lo precedió.

 

Por tanto, la factura de un libro que abarca la casi totalidad de los temas  mas relevantes de esta disciplina es, sin lugar a dudas, una tarea ciclópea. Esa tarea fue emprendida por  Juan Antonio Travieso, quién hoy nos aporta en su última obra Derecho Internacional Público, el fruto de quince años de actividad, de lectura y relectura, de autocrítica, y de reflexión.  

 

Travieso es un apasionado de Borges, de hecho la Introducción del Capítulo I, comienza con una cita del escritor, sin embargo la conocida frase borgesiana “hay personas que sienten escasamente la poesía; generalmente se dedican a enseñarla” trasmutada a la enseñanza del derecho internacional no aplicaría para Travieso quién es un apasionado del derecho internacional y de la enseñanza –es maestro por titulación y por vocación-. Su actividad como profesor representa mas de las dos terceras partes de su vida, es decir la totalidad de su vida profesional, a la que arribó siendo muy joven.

 

Travieso es, además, un creativo. Sus obras, todas: clases, libros, conferencias, desempeño profesional, se caracterizan por su originalidad y creatividad y, por su cientificidad y rigor investigativo. Pero la nota más destacable, de esta suma de virtudes, radica en su capacidad de tornar sencillos y asequibles los temas más complejos.

 

Para completar este esbozo del autor, agrego que posee otras dos importantes cualidades: brillantez intelectual y gran sentido del humor. No he de referirme a sus títulos, ni a sus premios ni ninguna de las cosas que se pueden encontrar en su currículo, solo pretendo relatar aquello que no se menciona en las presentaciones y que hace a la esencia del ser humano y, en este caso, al profesor.

 

Estos rasgos distintivos de Travieso se reflejan en esta obra, de marcado rigor científico e investigativo, a su vez enriquecido con un estilo basado en un concepto didáctico suelto y comprensible, donde no está ausente el humor, ni el gráfico, ni las citas literarias y las anécdotas, cuestiones estas que se incluyen, sin excepción, en todos los capítulos, amenizando y facilitando la lectura de temas complejos y, en muchos casos, preocupantes del futuro y presente del ser humano y la comunidad toda.

 

El libro, de 942 páginas, editado por Abeledo Perrot consta de XVI capítulos y 3 anexos, donde se desarrollan temas clásicos tratados con una metodología delineada con planteos e interrogantes vitalizadores, tales como lo relativo a las fuentes,  a la relación entre el derecho internacional y el derecho interno, a los espacios de aplicación de las normas internacionales, la subjetividad internacional, las relaciones diplomáticas y consulares, la responsabilidad internacional, la Organización de la Naciones Unidas , junto con temas no clásicos de la disciplina, como el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional económico o el derecho internacional del medio ambiente.

 

El autor expresa al inicio de su obra, que la misma tiene como propósito despejar pensamientos negativos y, mediante el análisis de las instituciones, derechos y obligaciones que rigen el mundo, apreciar una visión positiva o mantener optimismo hacia el futuro, a tal fin incluye dos capítulos sumamente interesantes. Es el caso del Capítulo XV, titulado La Comisión de derecho Internacional: Herramienta normativa para el siglo XXI, donde además del análisis crítico al sistema  incluye un Decálogo para el Futuro. Como salir del laberinto, este último, como es de suponer, inspirado en Jorge Luís Borges.

 

En el Capítulo XVI: El derecho internacional en la comunidad internacional del siglo XXI, Travieso enfoca las grandes cuestiones y desafíos que presenta la disciplina, con un llamado de atención, donde destaca que “Desde hace tiempo están sonando alarmas internacionales con relación a los Estados. La turbulencia estatal es cada vez mayor. Quizá no hemos atendido esos avisos”, en tal sentido, expresa que lo esencial es ponerse de acuerdo en la agenda del siglo XXI y sostiene como corolario, basado en el enfoque con el que se desarrolla su libro, que “Hay esperanzas, y podemos abrigar optimismo, porque el escenario posnacional está a medio camino de la progresiva constitucionalización del derecho internacional”. Sostiene que ese ha sido el objetivo de su obra y convoca a los lectores a en esta aventura de vida, a quienes pretende incluir en la propuesta que implica tomar una actitud hacia el futuro.  

 

Completan el libro tres anexos, los dos primeros Diccionario de los tratados, y Diccionario del derecho del mar, incluidos a modo de glosario en consideración a que, uno de los problemas más intrincados de la civilización, es el idioma y los significados. El tercer anexo, es una constatación más de la personalidad del autor, de su formación docente y de docentes, que quienes hemos tenido el honor de formarnos con sus enseñanzas bien conocemos. En ese tercer anexo, titulado Los profesores del siglo XXI brinda un espacio a un grupo de jóvenes profesores de derecho internacional público, quienes –afirma Travieso- “en el futuro se harán cargo de nuestras tareas”.

 

Entre las originalidades de esta obra, podemos señalar la referida a la bibliografía. Travieso no se limita a citar la literatura mas relevante para cada uno de los temas, que fue objeto de su trabajo de investigación, indica, además, en cada caso cual es su texto predilecto y, suele incluir, algún relato de experiencias personales, referidas a su actividad académica, relacionado con el tema, lo que aporta un toque de color y humanidad a cuestiones, en ocasiones, áridas.

 

Es de destacar que este libro, con indiscutible rigor académico, sin desatender la norma, entre ésta y la idea, privilegia la idea y su autor lo sintetiza en una frase: “ … el derecho internacional requiere, además de su definición, caracteres y conceptos generales, la descripción del escenario y de los medios que se dispone. La tarea consiste en transformarse en un intérprete de la comunidad internacional, que es similar a la tarea de un comentarista que excede su comentario sin darse cuenta de que se convierte en una especie de arquitecto institucional que dibuja en el papel un diseño, esto es, en lenguaje jurídico, relatar la situación como un cronista de acuerdo con la situación imperante.”

 

La situación imperante es compleja y difícil, y los cambios vertiginosos de los tiempos actuales, en ocasiones, acrecientan esas circunstancias. Travieso entiende que el derecho internacional es una herramienta conceptual indispensable para atender a esos cambios, es por ello que, como se mencionara en párrafos precedentes, convoca a los lectores a sumergirse en esta aventura de vida de ser intérpretes de la comunidad, con una visión optimista sobre su futuro. También nosotros los invitamos a sumergirse en la lectura de este libro que tiene, entre otros, el gran mérito de alimentar un sentido constructivo de la polémica, con cientificidad y rigor investigativo.